El paso del tiempo hace mella en libros, pinturas y gráficos. Tras la confección de una obra de arte empieza en cierto modo y de manera más o menos rápida un proceso de envecimiento natural. El cambio de las características físicas y químicas afecta no sólo a la imagen exterior sino que lleva a la caducidad sucesiva del objeto. Todas las medidas para el mantenimiento del estado original cambiante de una pieza pertenecen al campo de la conservación. Las herramientas y los medios de conservación deben permitir preservar la obra de arte de forma individual y centrada en el objeto en cuestión. Como parte de la prevención, se consideran aquellas medidas que ayuden a reducir los cambios artificiales o daños provocados en el original.
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