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Papel
La tapa de un libro suele tener una cubierta de papel. En el caso de los libros normales, con un papel impreso y posiblemente laminado. Para los libros especiales se utilizan papeles de cubierta, que a su vez son elementos estilísticos en la producción de un libro. Los colores, las estructuras, la háptica son elementos que dan al libro un toque especial. El gofrado perfecciona el resultado. Los papeles estucados también proporcionan protección contra la contaminación.
Tela
Existen muchos tipos de telas para encuadernación: revestidas, sin revestir, de colores, naturales, etc. La variedad no tiene límites. Depende totalmente del contenido o del uso que se le quiera dar. En cualquier caso, es muy diferente que un libro esté recubierto de papel o de tela. La durabilidad, la protección contra la contaminación y la necesidad de un acabado de alta calidad son otras razones para elegir la tela en lugar del papel. Una de las telas para libros más importantes es el English Buckram de alta calidad (según la especificación RAL RG 495), utilizado históricamente en las bibliotecas.
Cuero
Hay libros con tapas de cristal, de madera e incluso de metal, piezas muy especiales. Sin embargo, es la piel la que hace de la cubierta de un libro un objeto especialmente valioso. Su tacto, su olor, las posibilidades de dorado o estampado ciego hacen que un libro con cubierta de cuero sea una experiencia especial. Una alternativa a las pieles genuinas es el llamado cuero aglomerado, que consiste en gran parte en fibras de cuero y está disponible por metros como material en rollo en muchos diseños y relieves.